Ricardo Forster (2000,p.87) sostiene que
“hay ciertas palabras que parecen estar fuera de
toda sospecha”, palabras blandas, fofas, insulsas,
pero a la vez densas, ambiguas, equivocas,
sin referencia a argumentos, que parecieran no
pertenecer al campo de disputas que implican
los procesos de asignacion de sentidos.
Una de esas palabras es la palabra diversidad,
cuyo uso generalizado, naturalizado ha
indultado, perdonado su calidad de absoluto
eufemismo. Diversidad como sinonimo de discapacidad,
de pobreza, de diferencia, de desigualdad.
Pareciera englobar diferencias de
genero, etnia, cultura, clase social, generacion,
lenguaje. Diversos tiempos, diversos espacios,
diversos lenguajes, diversos aprendizajes, diversos
ritmos y podriamos seguir.
cosa podria entenderse como diversidad,
cualquiera de nosotros podria ser diverso, pero
solo
mas diversas si se permite el juego de
palabras.
Hay algunos diversos que desearian poder
cambiar su lugar con otros, aunque esto nunca
sea posible. Hay algunas diversidades que nos
causan ternura, tristeza, lastima, otras que nos
causan temor, miedo, hasta repulsion. Nos causan
a los que no nos consideramos diversos para
nada. Hay que decirlo, la diversidad es una cosa,
los diversos,
Aqui opera a nuestro entender la misma logica
de la que habla Skliar (2002) cuando analiza
el “diferencialismo” como aquel proceso por el
cual existe un “dedo senalador” que muestra
quienes son los diferentes y en ese mismo acto
los constituye como tales, inscribiendo en sujetos
especificos una alteridad que los nombra y
los construye como los depositarios de las marcas
que lo hacen
La diversidad como idea acerca de la descripcion
de lo que somos, como sinonimo de
heterogeneidad, como reconocimiento de la
importancia de ser distintos y festejar esta diferencia,
se constituye como un discurso politicamente
correcto dificil de ser puesto en discusion.
Esta idea viene asociada a la necesidad de
reconocimiento de algunos
estado relegados en su ser, en su participacion
ciudadana. Y es en este sentido que las politicas
de Estado intentan “reparar el dano” apostando
a la inclusion de determinados sujetos o
grupos que han sido objeto de discriminacion o
de exclusiones.
Si rastreamos un poco podriamos vincular
esta nocion de diversidad con las politicas de
reconocimiento que en muchos casos devienen
en politicas de discriminacion positiva y derechos
especiales
vincularla con algunas posiciones denominadas
“multiculturalistas”.
La idea de una sociedad que necesariamente
debe incluir a todos los que la constituyen,
aceptando y respetando las diferencias que existen
dentro de ella esta fundada en esta idea de
diversidad que pareciera solo describir desde
fuera, desde arriba una comunidad que pretende
ser vista como conviviendo armonicamente en
un marco de diversidades sin conflictos.
“Entendido de esa forma, el multiculturalismo
puede ser definido, simplemente, como la
autorizacion para que los otros continuen siendo
`esos otros´ pero en un espacio de legalidad, de
oficialidad, una convivencia `sin remedio´”
(Skliar y Duschatzky, 2000, p.8)